Hace unos diez días de repente mi mamá preguntó "cómo se llamarán las lluvias con sol". Esas inquietudes valen mucho para mí, el reconocer la multiplicidad de condiciones y/o formas en las que se presenta un fenómeno. Como soy un lingüista amateur le hablé de escampar, lloviznar, chispear y de lo válido de su observación y de que podíamos acuñar la palabra. No llegamos a un consenso, propuse algo así como "lluvielio" (lluvia + helios), pero hasta ahí quedó.
Mi abuelita (doña María Maya qepd, la mamá de mi mamá) era muy dada a los neologismos, o sea que me identifico con ella.
Hoy, en una misma salida, me topé tres veces al pordiosero local que siempre pide 2 monedas, a la tercera se acordó de mí y ya no me pidió.
El brutalismo es la mamadísima.
Mi papá ya está frágil, como en la canción de Piero.
Ya no he vuelto a ver a la vecina que tiene un puerco de mascota, cuándo se mudó que no vi.
Me da un poco de ternura la chaviza que atiende el 7-Eleven más cercano.
😮 Me late eso de lluvielio. Me uno a tu club si haces uno de neologismos. Yo si algo tengo es que no soy purista de la lengua. Ánimo con la familia. Un día en Mazatlan vi a un don paseando a su puerco. Conoces a Esthe the wonder pig?
ResponderBorrargracias por pasar!
BorrarMm no la topo.
Sí, hagamos neologismos.