jueves, 21 de diciembre de 2017

Cuento de Isaac Newton




"Cuadros" Scrooge (sus amigos le decían el Cuadros porque le hacía al LSD y seguido se le veía andar bien cuadro) era dueño de un localito de libros de segunda mano cerca del metro Copilco, ex-estudiante de Física de la Facultad de Ciencias en C.U. (solo hizo un semestre hace como 30 años), viejo amargado odiador del Natalicio de Isaac Newton. Casi no tenía amigos y los pocos que tenía eran una retahíla de inmorales y viciosos puercos bastardos hijos de puta. Ya no confiaba en la razón como herramienta para construir un futuro digno y próspero. Todas las noches cenaba su lata de atún y sopa Maruchan mientras veía algún partido de futbol. Una mañana, en vísperas del Natalicio de Isaac Newton, andaba más grinch de lo normal y se encontró con Leonardo Cratchit, su segunda mano en su mini imperio entre puestos de tortas, licuados y tesis para ayer. Cratchit lo invitó a la cena de Isaac Newton con su familia, que consistía en la tradicional manzana rellena con carne de pavo, se ponía un árbol de Newton, que nomás tenía manzanas.

- ¡Bah! ¡Tonterías, Cratchit! ¡Qué tipo de celebración es esa!, ¡qué vanidad querer descrifrar los mecanismos de la naturaleza! ¡Y encima querer predecirla y dominarla!- exclamó Cuadros, tras de lo cual salió furioso llevando un rumbo caótico, envuelto en un torbellino de emociones.

Por la tarde despertó en su cama, no recordaba cómo había llegado a casa. Se echó un cuadro y después de un rato vio el fantasma del Dr. Emmett Brown, que le dijo que en las noches que seguían lo visitarían tres fantasmas. Y así fue y en la primera noche lo visitó el Fantasma de Isaac Newton del Pasado, que le mostraba su niñez y cómo veía feliz Cosmos de Carl Sagan y creía que los bebés nacían por el ano porque no entendía las ilustraciones de unos libros de enfermería obstétrica que había por ahí. Todo eso le dio nostalgia.
A la siguiente noche lo visitó el Fantasma de Isaac Newton del Presente, que le mostraba el actual miserable ocaso de su vida, yendo a la conquista de nada.
En la última noche lo visitó el Fantasma de Isaac Newton del Futuro, que le mostró el aula de una escuela de medicina, su cuerpo anónimo siendo manoseado para un impersonal propósito de ultratumba.

Cuando Scrooge despertó de la tercera noche de fantasmas se comió otro ácido y decidió festejar el Natalicio de Isaac Newton, luego se echó una mona de manzana y fue feliz al sentir una reconciliación afectiva y conceptual con el raciocinio. Y lloró como San Agustín debajo de un árbol, un árbol de Newton.


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