domingo, 7 de junio de 2020

Pandemia

Hace unos diez días de repente mi mamá preguntó "cómo se llamarán las lluvias con sol". Esas inquietudes valen mucho para mí, el reconocer la multiplicidad de condiciones y/o formas en las que se presenta un fenómeno. Como soy un lingüista amateur le hablé de escampar, lloviznar, chispear y de lo válido de su observación y de que podíamos acuñar la palabra. No llegamos a un consenso, propuse algo así como "lluvielio" (lluvia + helios), pero hasta ahí quedó.
Mi abuelita (doña María Maya qepd, la mamá de mi mamá) era muy dada a los neologismos, o sea que me identifico con ella.

Hoy, en una misma salida, me topé tres veces al pordiosero local que siempre pide 2 monedas, a la tercera se acordó de mí y ya no me pidió.

El brutalismo es la mamadísima.

Mi papá ya está frágil, como en la canción de Piero.

Ya no he vuelto a ver a la vecina que tiene un puerco de mascota, cuándo se mudó que no vi.

Me da un poco de ternura la chaviza que atiende el 7-Eleven más cercano.

2 comentarios:

  1. 😮 Me late eso de lluvielio. Me uno a tu club si haces uno de neologismos. Yo si algo tengo es que no soy purista de la lengua. Ánimo con la familia. Un día en Mazatlan vi a un don paseando a su puerco. Conoces a Esthe the wonder pig?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. gracias por pasar!
      Mm no la topo.
      Sí, hagamos neologismos.

      Borrar